Veo la flor de un jardin que no me pertenece y me alegra su natural belleza su alegría, su luz y su cadencia y mi admiración por ella crece. Su blanco color, luz que deslumbra sus petalos, su fuerza y su mirar me paso todo el día en suspirar y la admiro sin que ella me descubra. Como al fotógrafo, que al ir caminando que toma un día, un bello amanecer él sin saberlo, no lo iba buscando pero está ahí y lo pudo ver. Dichoso yo que puedo verla no busco más solo apreciarla como quien mira una obra de arte mirar, mirar y admirarla.