Estábamos deseosos de calor, el frio nos invitaba a calentarnos, soñaba que desnudo sentiría, el dulce calor de tus abrazos. Tu piel tan suave me abrazaba, tus labios húmedos gritaban: estamos dispuestos a tu boca, cómenos que tenemos ganas. Mi boca gustosa recorría, al mismo tiempo evocaba un canto, palabras suaves a tu oído: quiero disfrutar de tus encantos. Y juntamos nuestras dulce ganas, se encontraron con pasión las bocas, ese deseo profundo y placentero, al sentir, nuestras ganas locas. Me metí entre tu dulce cuerpo, Nos hicimos uno, entre las sabanas, fuimos leños que se encienden, al mismo tiempo juntamos las almas. Después llegó esa parte muy bonita, esa dulce calma después de la tormenta, te canté al oído mis canciones, disfrutando el verte tan contenta.